Introducción
Hace dos años, decidimos cambiar nuestra vida por completo y emprender una aventura que nos llevaría a recorrer los caminos de América del Sur: vivir en nuestra VW Transportes T5 y viajar por el continente sin una fecha establecida de regreso a casa. Desde entonces, hemos vivido en lugares increíbles, conocido gente maravillosa y compartido momentos inolvidables con nuestro fiel compañero de viaje, Vino.
La vida en la ruta
Viajar en una casa sobre ruedas puede parecer intimidante, pero en realidad, es una experiencia maravillosa. La libertad que se siente cuando se puede despertar en un lugar diferente cada día no tiene precio. Hemos acampado en playas desiertas, en el medio de la selva y en la montaña. Aprendimos a encontrar soluciones creativas para cada desafío que se nos presentaba, como cocinar en la naturaleza y encontrar lugares seguros para dormir cada noche.
Además, la vida en la carretera nos ha enseñado a ser más conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente y a tratar de minimizar nuestra huella ecológica en cada lugar que visitamos. Recogemos basura en las playas y cuidamos la naturaleza como si fuera nuestra propia casa.
La vida en comunidad
Cuando se viaja en una casa rodante, es fácil conocer a otros viajeros con historias similares. Hemos hecho amigos de todas las edades, nacionalidades y orígenes. Compartimos comidas, risas y consejos sobre los mejores lugares para visitar en cada país.
También hemos aprendido a valorar las pequeñas cosas de la vida. Un simple encuentro puede significar una gran diferencia en el día de otra persona y en el nuestro.
Conclusión
La vida en la carretera no es para todos, pero para nosotros, es el estilo de vida perfecto. Nos ha enseñado a ser más independientes, creativos y adaptativos. Hemos creado recuerdos que durarán toda la vida y hemos aprendido a valorar las cosas más importantes de la vida: el amor, la amistad y la libertad. Si alguna vez se te presenta la oportunidad de embarcarte en una aventura así, ¡no lo dudes y hazlo!